Por qué el comercio electrónico está reemplazando a los pagos con tarjeta
Los pagos con tarjeta han generado muy buenos resultados en el comercio mundial del último siglo, pero no están diseñados para el comercio digital. Se inventaron en la década de los 50 gracias a un comerciante, que se había olvidado la cartera en un restaurante. Y el resto es historia.
Piensa en tu último pago con tarjeta en línea. Seguramente buscaste tu cartera, y luego tuviste que introducir los 16 dígitos del número de la tarjeta, la fecha de vencimiento y el código CVV (o aceptaste el riesgo de que alguna página web guarde esos datos: según UK Finance, en 2020 se realizaron pagos con tarjeta no autorizados por un valor de 574 millones de libras en el Reino Unido).
Es probable que hayas tenido que confirmar tu identidad en varias ocasiones (gracias a nuevas y exigentes medidas de autenticación del cliente mal implementadas). Con suerte, tu pago no se rechazó (normalmente se rechaza entre el 5 y el 15 % de los pagos con tarjeta). ¿Has sufrido alguna baja en tus suscripciones por tarjetas canceladas o expiradas?
“«Mientras el comercio se vuelca cada vez más al mundo en línea, necesitamos sistemas de pago que den lugar a la innovación y al crecimiento empresarial».
«Si bien nos hemos acostumbrado a esta situación, la realidad es que las tarjetas son elementos antiguos que se han readaptado al comercio digital. Y el resultado es una experiencia de usuario deficiente, problemas operacionales, tarifas altas y fraudes».
Pero el asunto no se queda ahí; es un problema de modelo empresarial. En una transacción con tarjeta, hay siete partes involucradas: el cliente, la pasarela de pago, el sistema de la tarjeta, el procesador de pago, el banco del comerciante y el banco del cliente. Algunas veces, también aparecen otros actores como facilitadores de pago, proveedores de servicios de pago, sistemas de gestión de fraudes y conflictos, etc. Todo esto implica más costes, más complejidades y más probabilidades de error.
La tokenización y los monederos como Apple Pay han tapado algunas de las grietas existentes en las experiencias de pago, pero se han creado sobre la base de la misma infraestructura de tarjetas compleja, cara y antigua de siempre.
El comercio electrónico en el Reino Unido y en Europa pisa fuerte, y en la pandemia hemos comprobado su ímpetu. Mientras el comercio se vuelca cada vez más al mundo en línea, necesitamos sistemas de pago que den lugar a la innovación y al crecimiento empresarial.
El inicio de los pagos por banca abierta
2015 vio el comienzo del open banking en Europa y en el Reino Unido, y esta tecnología ya está sirviendo de base de la mayoría de las innovaciones de pago que vemos en la actualidad.
La banca abierta permite que los clientes paguen directamente desde sus cuentas bancarias en el proceso de pago, sin necesidad de usar una tarjeta. Supone menos intermediarios, lo que minimiza los costes y los problemas. Los pagos se realizan instantáneamente y las tasas de autorización son altas. Resulta ser un método muy seguro ya que no requiere compartir datos de tarjetas.
También es muy fácil de usar: solo necesitas un teléfono móvil y una cuenta bancaria.
Los reembolsos (que tantos dolores de cabeza generan a los comerciantes) se han considerado el talón de Aquiles del open banking porque no se incluyeron como una funcionalidad en el plan original. Pero TrueLayer lo ha cambiado y ha logrado que sean igual de instantáneos que el pago inicial.
Si bien el open banking sigue evolucionando como método de pago, y aunque existen cuestiones por resolver, es la mejor oportunidad que tiene la industria de crear un marco de pagos justo para las empresas que brinde una mejor experiencia para los clientes.
Puedes encontrar más información sobre los inicios de la banca abierta al final de este informe.
Espero que esta guía te resulte útil, y nos encantaría conocer tu opinión. Contáctanos.
“«El open banking es el sistema que sirve de base de muchas de las innovaciones de pago que se ven en el mercado de hoy en día».
Francesco Simoneschi, Director ejecutivo y cofundador